Desviación del tabique. Septoplastia

La respiración nasal es importante para conseguir una buena adaptación del aire que entra en nuestro organismo. La desviación del tabique nasal, una estructura de cartílago y hueso que separa las dos fosas nasales dentro de la nariz, es la principal causa de obstrucción nasal en el adulto.

Las consecuencias de la obstrucción nasal pueden ser sequedad de garganta, dolor de cabeza, sinusitis de repetición, sangrado nasal, ronquido, cansancio excesivo al practicar deporte e incluso malposición dentaria y alteración del olfato.

La desviación del tabique se corrige mediante una intervención que se llama Septoplastia. A menudo la cirugía del tabique nasal se acompaña de una cirugía sobre los cornetes nasales, unos elementos de dentro de la nariz que sirven para calentar y humidificar el aire inspirado y que se desarrollan excesivamente en casos de desviación nasal así como en casos de rinitis crónicas.

Indicación y alternativas a la cirugía

El único tratamiento efectivo para una nariz desviada es la septoplastia, ya que los tratamientos médicos no pueden modificar la forma del tabique. Sin embargo, si la desviación no da una sintomatología importante el paciente puede decidir no operarse.

Otras veces es necesaria hacer la septoplastia para poder acceder a los senos de la nariz cuando el paciente requiere una Cirugía endoscópica nasosinusal.

La septoplastia es una cirugía funcional, es decir que tiene como objetivo mejorar la respiración nasal. Cuando se desea además modificar la forma de la nariz con una finalidad estética se denomina Rinoseptoplastia.

Preoperatorio

Esta cirugía se realiza habitualmente en una unidad de corta estancia, permaneciendo pocas horas ingresado, en función de características propias del paciente y de la operación.

Suele realizarse bajo anestesia general, por lo que es necesario realizar unas pruebas preoperatorias previas. El paciente debe estar en ayunas las 6-8 horas antes de la cirugía.

Intervención

La duración de la cirugía es de 30-60 minutos, aunque puede prolongarse en función de la complejidad o si se añaden otros procedimientos como la cirugía estética.

En la septoplastia tan solo se realiza una pequeña incisión dentro de la nariz a través de la cual se corrige la deformidad del tabique. Actualmente utilizamos cirugía endoscópica, láser, plasma argón, radiofrecuencia, grapas reabsorbibles (que no hace falta quitar) y otros métodos para mejorar la precisión técnica. Una vez enderezado el tabique se cierra la incisión con puntos también reabsorbibles.

Habitualmente se taponan ambas fosas nasales para reducir el sangrado, pero hoy en día usamos  esponjas que se deshacen solas o tapones con protección deslizante, que no molestan al ser retirados. También colocamos unas piezas de un plástico especial en forma de láminas a los dos lados del tabique para evitar la formación de cicatrices anómalas.

En caso de rinoseptoplastia se colocan tiras adhesivas sobre la piel nasal y una férula protectora que puede ser de yeso, plástico u otros materiales.

Postoperatorio

El paciente suele llevar la nariz taponada por lo que no puede respirar por la nariz. Además es normal el sangrado a través de la nariz por lo que se coloca una gasa “bigotera” que se puede cambiar la veces que sea necesario.

Tras completar la recuperación anestésica se da el alta hospitalaria con las instrucciones necesarias referentes a medicación, reposo, curas, visita de control y urgencias.

Los 3-4 primeros días el paciente no debe beber alcohol, fumar, hacer esfuerzos ni conducir. Se recomienda reposo relativo en casa, evitando sonarse la nariz y hacer esfuerzos. Es preferible estar sentado o semisentado para reducir la presión sanguínea en la cabeza, la congestión cefálica y el sangrado. También se recomienda beber abundantes líquidos y comer alimentos blandos y fríos durante los primeros días debido a la sequedad de garganta que ocasiona el taponamiento nasal.

Aunque no es una intervención dolorosa, el taponamiento ocasiona frecuentes molestias por lo que se prescriben antiinflamatorios de diferente potencia según la tolerancia individual al dolor y antibióticos para prevenir la sobreinfección de la mucosidad retenida por los tapones.

Los tapones nasales se retiran en la consulta a los 2-6 días, según las características del paciente y de la intervención. Si se han colocado láminas nasales se mantienen entre 1 y 3 semanas. En la rinoseptoplastia se suele recambiar la férula a la semana porque pierde su función de soporte al desinflamarse la nariz y se mantiene una semana más.

Es normal un sangrado nasal  leve los primeros 7-10 días y obstrucción o congestión nasal durante las primeras semanas, con abundantes costras y secreciones nasales, por lo que son muy importantes los lavados nasales. También son normales algunas molestias a nivel de la punta nasal y/o del labio superior que desaparecen progresivamente.

En condiciones normales se puede retornar a la actividad habitual en 1-2 semanas, pero es preferible evitar el ejercicio físico durante 1 mes.

La nariz puede tardar hasta 3 meses en normalizarse tras una septoplastia y hasta 6-12 meses en la rinoseptoplastia. Se recomienda evitar los ambientes con polvo, contaminación y humo para mejorar la cicatrización.

Riesgos y complicaciones

Como todas las intervenciones y aunque generalmente son de poca gravedad, la septoplastia presenta una serie de riesgos que se deben conocer antes de operarse.

  • Formación de cicatrices entre el tabique y los cornetes nasales (sinequias)
  • Infección (sinusitis)
  • Recidiva de la desviación de tabique o del motivo por el cual se ha operado
  • Comunicación interna entre ambas fosas nasales (perforación)
  • Hemorragia nasal (epistaxis)

Existen otras complicaciones excepcionales, tales como el cambio en la forma nasal externa, la pérdida del olfato y/o gusto, una fístula de líquido céfalo-raquídeo u otros problemas anestésicos.